CAOS VIAL NO HAY PAZ EN LA PAZ

Pobladores convierten ingreso a La Paz en zona de supervivencia. Por segundo día consecutivo, el ingreso al departamento de La Paz se ha convertido en una práctica de resistencia extrema, donde solo los valientes y pacientes logran sobrevivir.

Los habitantes, hartos de hacer malabares para esquivar cráteres disfrazados de calles, han decidido que, si ellos no pueden transitar, nadie más lo hará. La situación es insostenible, las calles están completamente destruidas, pero parece que los funcionarios piensan que manejamos carros anfibios”, ironizó un representante de los pueblos de La Sierra. Su exigencia es clara: que el ministro de la Secretaría de Infraestructura y Transporte (SIT) deje su cómoda oficina y venga a hacer un safari por estas vías.

“Es el segundo día donde nadie entra ni sale en La Paz, y continuaremos. Se nos está uniendo más población, incluso transporte pesado, porque al parecer a las autoridades les gusta jugar a la escondida”, declaró un manifestante mientras vigilaba que ni una sola piedra se moviera del bloqueo.

El ambiente de indignación ha sido reforzado por la incorporación de un grupo de mujeres indígenas lencas a la protesta. Nos unimos porque si seguimos esperando que arreglen las carreteras, nuestros nietos serán los que inauguren las nuevas vías, expresó una de las manifestantes. Las vías bloqueadas incluyen la salida hacia Intibucá y La Paz, así como la carretera principal que comunica con los municipios de La Sierra.

Mientras tanto, el gobierno parece practicar la filosofía del avestruz, enterrando la cabeza para evitar cualquier comentario. Ni un solo pronunciamiento oficial ha sido emitido, y los conductores atrapados en el bloqueo comienzan a considerar seriamente cambiar sus carros por burros, al menos hasta que alguien decida que las carreteras también forman parte del país.

Share via
Copy link